La Triple Frontera, refugio criminal
La Triple Frontera, refugio criminal
Pablo A. Baisotti
El terrorismo — y la criminalidad — han encontrado el modo de camuflarse, cambiar y reproducirse en un modo mucho más veloz que la legislación y las acciones en su contra. No es un fenómeno reciente, ya que posee varias décadas cultivándose en la triple frontera de Argentina, Brasil y Paraguay y solamente gana relevancia cuando suceden hechos destacables o impactantes. El combate contra estos grupos — aunque sean pequeños y hasta unipersonales — debe hacerse decididamente empleado todos los recursos a disposición. De lo contrario, continuará enraizándose y mezclándose en la región y extendiendo sus contactos con bandas criminales regionales, lo que redundará — como puede ya observarse — en un crecimiento de poder y letalidad.
La Triple Frontera de Argentina, Brasil y Paraguay (CC BY)
Introducción
La seguridad regional durante la Guerra Fría estuvo marcada por los términos del Tratado de Río (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca – TIAR, 1947), la Carta de la OEA (1948) y los protocolos bilaterales y multilaterales que involucraron tanto a países latinoamericanos entre sí, como entre éstos y Estados Unidos. Se fomentó un sistema de seguridad colectiva explícitamente anticomunista, vinculando al conflicto Este-Oeste con “enemigos internos”. Especial atención se dió a la triple frontera.[1] Bien es sabido que esta zona desde hace décadas se transformó en un reducto de criminalidad relacionada con el tráfico de armas y drogas, el contrabando y la falsificación de mercancías, el blanqueo de dinero, entre muchos otros [2] Sin embargo, la latente amenaza terrorista sobrevuela la triple frontera y desde hace tiempo está en la mira de Estados Unidos y en la de los países que la integran, especialmente desde los atentados terroristas de 2001. En parte, estas actividades ilícitas en la triple frontera se debe a la permisibilidad, vulnerabilidad y falta de control de las autoridades e instituciones públicas. Incluso se detectaron casos de connivencia con bandas criminales como con las Fuerzas Armados Revolucionarias Colombianas (FARC), el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), los dos grandes carteles brasileños —el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV) — hasta llegar al Hezbollah libanés. A tal punto se sospecha que esta zona es reducto de terroristas que las autoridades argentinas consideraron que los dos atentados en Buenos Aires —la Embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y la Asociación Mutual Argentino-Israelí (AMIA) en 1994 — fueron dispuestos por Irán y Hezbollah en ese mismo sitio.[3] En 2003 el informe “Grupos Terroristas y Crimen Organizado en el Área de la Triple Frontera (TBA) de América del Sur” enumeró las organizaciones que desarrollaban actividades delictivas en esta zona y los tipos de delitos cometidos.[4]
La agencia antidrogas estadounidense (Drug Enforcement Administration, DEA), identificó en 2016 una estructura jerárquica dentro de Hezbollah, operativa desde el 2007, encargada de las operaciones ilícitas. Se entiende que los carteles de droga como el colombiano de La Oficina de Envigado, el mexicano de Los Zetas y el venezolano de Los Soles le proveen cocaína. Esta se denominó Oficina de Asuntos de Negocios de la Organización de Seguridad Externa y fue fundada por el entonces líder del Hezbollah Imad Mughniyah. Posteriormente, el control pasó a manos de Abdallah Safieddine y de Adham Tabaja.[5]
Este trabajo considera que la triple frontera — como otras áreas de América del Sur — se ha ido transformando en una región susceptible al terrorismo global y ya no solamente a través de las dictaduras y las narcoguerrillas, así considerado por muchos gobiernos latinoamericanos y Estados Unidos. Esta región es una zona “caliente” donde se pergeñan las amenazas tan temidas. Se analizará la presencia de un número creciente de actores transnacionales que complejizaron el análisis y la comprensión de las dimensiones nacional/internacional. También se presentan algunas de las legislaciones referentes a la triple frontera y finalmente casos particulares para demostrar cómo esta zona se transformó en un hervidero de actividades ilegales desde el contrabando en pequeña escala hasta la promoción y financiamiento del terrorismo.[6] De acuerdo con Fabio Sánchez, en un ambiente de globalización muchas organizaciones terroristas variaron sus modos de autofinanciamiento actuando como empresas multinacionales.[7]
Legalidad e ilegalidad en pugna
En 1996, Brasil, Argentina y Paraguay crearon el Comando Tripartito para la Triple Frontera con el objetivo de coordinar la acción de la policía y recolectar información.[8] En 1999, se constituyó el Inter-American Committee against Terrorism (CICTE) implementado numerosos proyectos para apoyar a los Estados miembros de la OEA en sus esfuerzos por prevenir y combatir el terrorismo y su financiación. En la triple frontera el CICTE facilita la cooperación y la coordinación para el intercambio de información y la adopción de normas internacionales de blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. En noviembre de 2019, el CICTE volvió a reunir a los gobiernos de la región para debatir sobre el fortalecimiento de las capacidades operativas en el área de la triple frontera contra el terrorismo.[9] De igual manera, el terrorismo en esa zona aprendió a camuflarse en el tejido social. Señaló Ignacio Fuente Cobo que éstos aprovechan las oportunidades para entremezclarse en la sociedad desarrollando una maquinaria social, política y económica que beneficia su ilegalidad.[10] No obstante, las actividades narcocriminales no son menos importantes; basta mencionar que sus ganancias — según un artículo periodístico de 2019 — rondan los 43.000 millones de dólares anuales, según afirmó el Instituto Brasileño de Ética Competitiva (ETCO).[11] El Informe de marzo de 2017 sobre Estrategia Internacional de Control de Narcóticos del Departamento de Estado estadounidense afirmó que Paraguay se había transformado en un país de tránsito de drogas y de lavado de dinero, en especial la triple frontera, con un millonario sistema de contrabando. (El lavado por parte de las organizaciones criminales se realizaba a través de bancos y entidades del sector financiero no bancario.)[12]
En cuanto a la legislación y convenios se resaltan algunos que tuvieron importancia para la región. En 2001 el gobierno brasileño firmó la Convención para la Eliminación de Financiamiento del Terrorismo y emitió decretos para dar cumplimiento a las resoluciones 1333 (2001) y 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.[13] Al año siguiente se conformó el Grupo 3+1, que incluyó a los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Estados Unidos. Este esquema fue creado para analizar la problemática de seguridad en la triple frontera, incluyendo el terrorismo y su financiamiento, el tráfico de drogas y armas, el lavado de dinero y el control aduanero y de inmigración. Para lograrlo se sucedieron reuniones en forma semestral, en las que se intercambiaban datos sensibles sobre la existencia, estructura y dinámica de los movimientos de activos y de capitales sospechosos de servir de financiamiento a actividades terroristas. En 2006, nació el Centro Regional de Inteligencia (CRI) con sede en las instalaciones de la Policía Federal brasileña en Foz de Iguazú.[14]
A nivel estrechamente regional, en el marco del Mercosur, en 2002 se decidió conformar un foro especializado de intercambio y análisis de información sobre terrorismo, mediante convocatorias regulares para celebrar reuniones entre funcionarios de nivel político y de nivel técnico. Dentro de este foro se constituyó un Grupo de Trabajo Permanente (GTP) dependiendo del mismo un Grupo de Trabajo Especializado sobre Terrorismo (GTE). El objetivo fue crear un sistema integrado de intercambio de información, experiencias y capacitación que contuviera datos disponibles sobre personas u organizaciones que en forma real o potencial puedan apoyar o ejecutar acciones terroristas.[15] En 2004 se aprobaron las leyes 2887 y 2888 acordándose un Acuerdo Marco sobre Cooperación en Materia de Seguridad Regional entre el Mercosur, Bolivia y Chile, y entre los Estados del Mercosur. La finalidad no fue otra que mejorar el sistema de seguridad de la región mediante la cooperación y asistencia recíproca de las actividades ilícitas, especialmente las trasnacionales como puede ser el terrorismo internacional, entre otras.[16]
El 11 de marzo de 2003, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Brasil y Panamá firmaron un acuerdo que apuntaba al combate contra el terrorismo y el tráfico de drogas. También debe señalarse el System for Vigilance over the Amazon (SIVAM) un sistema de vigilancia utilizado por el gobierno brasileño para controlar una parte de la Amazonia del tráfico de drogas y frenar la tala o la quema ilegal de la selva [17][18] Ese año el Comando Sur de Estados Unidos (Southcom) destacó la existencia de “espacios sin gobierno” en el hemisferio que podrían constituir refugios para terroristas.[19] Desde esta perspectiva se estrecharon los lazos de defensa y cooperación entre Brasil y Estados Unidos. Por ejemplo, militares brasileños son entrenados a través del Programa Internacional de Entrenamiento y Educación Militar (IMET), participan en los ejercicios militares multilaterales del Southcom, asisten al Centro de Estudios de Defensa Hemisférica, a la Academia Interamericana de Fuerzas Aéreas, entre otras.[20] En tanto Paraguay aprobó un acuerdo el 1 de junio de 2005 permitiendo el ingreso a tropas estadounidenses para entrenar oficiales en antiterrorismo, narcotráfico, anticorrupción y algunos programas de salud. Un mes más tarde un contingente de 500 soldados estadounidenses encabezados por siete oficiales llegaron a este país con aviones, armas, equipamiento y municiones.[21]
Hezbollah
La presencia de Hezbollah en la zona de la triple frontera data, al menos, de la década de 1970. Desde entonces fueron creciendo sus nexos criminales, su expansión y su patrimonio. Solo por mencionar un período temporal, entre 2000 y 2010, esta organización recaudó alrededor de 10 millones de dólares anuales que fueron empleados para financiar a la red en actividades tales como vigilancia o planeamiento de acciones terroristas.[22] El Southcom, en cambio, calculó que sus beneficios oscilaban entre 300 y 500 millones de dólares anuales únicamente en América del Sur. En su intervención ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, en marzo de 2015, el entonces comandante del Southcom, general John F. Kelly, declaró:
The terrorist group Lebanese Hezbollah […] has supporters and sympathizers in Lebanese diaspora communities in Latin America, some of whom are involved in lucrative illicit activities like money laundering and trafficking in counterfeit goods and drugs. These clan-based criminal networks exploit corruption and lax law enforcement in places like the Tri-Border Area […] and generate revenue […] transferred to Lebanese Hezbollah.[23]
A partir de 2011 las necesidades de la organización terrorista se incrementaron debido a su involucramiento en la guerra civil siria,[24] y, años más tarde en 2015, a las medidas de Estados Unidos que debilitaron las finanzas de Hezbollah en el Líbano. De ahí la necesidad de conseguir recursos propios.[25] Recursos a través de estafas cada vez más sofisticadas como aquellas que involucraban la importación-exportación con comerciantes de la India y Hong Kong, aunque sin despreciar negocios en pequeña escala que en conjunto movían decenas de miles de dólares.[26] Para la Federal Research Division de Estados Unidos existen varias áreas latinoamericanas de libre comercio con grandes poblaciones de Medio Oriente que permiten que los grupos terroristas islámicos, las mafias del crimen organizado y los funcionarios corruptos prosperen en una relación simbiótica mutuamente beneficiosa.[27]
En julio de 2019, Argentina fue la primera nación latinoamericana en sindicar a Hezbolah como un grupo terrorista y, posteriormente, Paraguay. Como se escribió en World Politics Review, desde la administración Trump se propuso que Israel proporcionara entrenamiento y equipamiento a los gobiernos regionales para combatir a esta organización. Argentina, Paraguay, Brasil y Colombia expresaron su disposición a aceptar dicha asistencia.[28] El comandante del Southcom, Craig Faller, en mayo de 2019 realizó una declaración ante el Congress House Armed Services Committee apuntando a Irán por su voluntad de volver a impulsar sus relaciones con América Latina y el Caribe para exacerbar el “antiamericanismo” al mismo tiempo que Hezbollah facilitaba las redes para acumular armamento y recaudar fondos.[29] Emanuele Ottolenghi, siguiendo este razonamiento, definió a la triple frontera como el “hub financiero más activo” de Hezbollah puesto que blanquea dinero de los carteles de droga de la región y también ofrece servicios logísticos para otras actividades ilícitas.[30]
Clanes, personas y terrorismos
En julio de 2018 la Unidad de Información Financiera del gobierno argentino congeló los activos de una serie de individuos pertenecientes a una organización de origen libanés denominada “Clan Barakat” liderado por Assad Ahmad Barakat, quien poseía lazos con Hezbollah. Este clan llevaba a cabo actividades en la triple frontera relacionadas con el contrabando, la falsificación de documentos y de dinero, el lavado de dinero, la extorsión, la financiación del terrorismo y el tráfico de drogas y de armas.
Assad Ahmad Barakat fue considerado el mayor recaudador de Hezbollah en América Latina. Estuvo prófugo por casi una década hasta que la policía de Foz lo detuvo el 21 de septiembre de 2018 por pedido de la justicia paraguaya. En 2004, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo había incluido en la lista de financistas del terrorismo. A ello se suma que este delincuente habría brindado información vital para los comandos que luego atentaron contra la AMIA. Uno de sus socios fue Sobhi Mahmoud Fayad, detenido por policía paraguaya en 1999 mientras realizaba tareas de vigilancia frente a la embajada de Estados Unidos en Asunción. Este personaje formaba parte de una red que se encontraba planeando un atentado. Aceptó cooperar con la CIA en la investigación y un año más tarde salió en libertad. Posteriormente se detectó que Fayad había enviado al menos 3,5 millones de dólares a la Organización de Mártires de Hezbollah (al-Shahid). Ambos personajes, junto a Ali Hassan Abdallah, fueron señalados por el Departamento Antiterrorista de la policía paraguaya como los tres principales recaudadores para Hezbollah en la región.
También en 2018, en junio, se desbarató otra gran operación del clan Barakat que pretendía quedarse con el estratégico aeropuerto municipal de Capitán Bado, en territorio paraguayo, muy cerca de la frontera con Brasil. La finalidad de esta maniobra era transportar cocaína desde Bolivia hacia Argentina y Brasil. El accionar fue facilitado por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) de Paraguay que le adjudicó el predio por apenas 5 millones de guaraníes (menos de 1.000 dólares). Otro miembro del clan, Mahmoud Alí Barakat, fue extraditado por la justicia paraguaya a Estados Unidos en noviembre de 2018 bajo la acusación de lavado de dinero del narcotráfico y en segunda instancia por enviar parte de dichos fondos a un paraíso fiscal del Caribe relacionado con Hezbollah. Durante el operativo fue detenido Nader Mohamad Farhat gestor de esas transferencias a través de la casa de cambio “Unique” en Ciudad del Este. De acuerdo con el fiscal Marcelo Pecci, de la Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado de Paraguay, estos criminales formaban uno de los eslabones de una red más extensa que despachaba droga y realizaba otros ilícitos en Europa y Medio Oriente.[31] También parte de este clan fue Ali Khalil Mehri, un libanés naturalizado paraguayo, acusado por la policía de ese país de vender millones de dólares en software falsificado y canalizar las ganancias al Hezbollah y sus organizaciones paralelas al-Muqawama y al-Shahid. La cooperación en algunos casos fue muy efectiva, como por ejemplo en el caso de Farouk Abdul Hay Omairi detenido en Foz de Iguaçu y sindicado por el Departamento del Tesoro estadounidense, por sus vínculos con Hezbollah y como jefe de una red de tráfico de cocaína. En un segundo momento esta persona ofició de refuerzo en las relaciones con el PCC brasilero.[32]
La detención del libanés Nasser Abbas Bahmad, miembro de Hezbolá, es única. Se dedicaba, junto con otros delincuentes, a blanquear, financiar y traficar con cocaína desde Ciudad del Este hasta Hezbolá. Su operación fue desmantelada gracias a una investigación conjunta llevada a cabo por organismos de seguridad de Brasil, Paraguay y Estados Unidos. La red que dirigía se había establecido en la zona trifronteriza en 2014. Bahmad, junto con Khalil Chams el-Din estaban vinculados a actividades ilícitas junto a miembros del PCC.
Una mujer, Hanan Hamdan, líder de una célula de Hezbolá y asociada a Bahmad en tres empresas —Garden Charcoal, dedicada a la comercialización de carbón vegetal, Garden Shi Sha y Knight, esta última dedicada al tabaco y los cigarrillos— estaba implicada. Al mismo tiempo, era propietaria de una empresa de importación y exportación llamada Global Trading Group (GTG) creada en Irak en 2018, aunque tiene su sede en Sidney y filiales en Beirut, Berlín y Londres y oficinas en Guinea, Paraguay y Brasil. Junto con GTG (PTY LTD, creada por Bahmad con Ali Fawaz), se fundaron Charcoal Garden y Master Nanoking Argento para el comercio de carbón vegetal, tabaco y cigarrillos. Juan Orlando Barreiro, suegro de Fawaz, tenía contactos en el puerto de Terport. Bahmad produjo 12,7 toneladas de carbón vegetal de su marca Garden Shi Sha y ordenó almacenarlo en el puerto de Terport, a 30 kilómetros de Asunción. Agentes aduaneros entraron en las instalaciones el 16 de enero de 2018 y dieron un ultimátum para suspender la licencia de comercialización de la empresa. Sorpresivamente, en julio de 2018, detectives de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) detuvieron a tres colombianos, por montar un laboratorio en Ñuati Guazú, Paraguay, donde la cocaína era disfrazada de carbón vegetal antes de ser enviada a Siria; y, en octubre de 2020, policías del Departamento Antidrogas (DEAN) detuvieron a otras dos personas tras encontrar 2906 kilos de cocaína entre bolsas de carbón vegetal con destino a Israel.
Las operaciones de Bahmad servían de cobertura a la estructura de tráfico de drogas y armas de la organización terrorista en América Latina, África, Oriente Medio y Europa. Otro de los estrechos colaboradores de Bahmad en la zona de la triple frontera es un ciudadano de origen libanés llamado Adham Tabaja (mencionado al principio de este trabajo). Tabaja fue sancionado por el gobierno de Estados Unidos en 2015 por lavado de dinero y tráfico de drogas para Hezbolá. Tabaja estaba registrado como accionista de Al-Manar Holding Group, el canal de televisión oficial de Hezbolá en Beirut, y también de Al-Walaya TV, un órgano de producción televisiva responsable de la propaganda y la promoción partidista de Hezbolá en el Líbano.[33]
En mayo de 2018 las autoridades de Paraguay detuvieron en Ciudad del Este a Nader Mohamed Farhat (también apuntado anteriormente). Farhat fue luego deportado a Estados Unidos para ser juzgado por lavado de dinero proveniente del narcotráfico a favor de Hezbollah por cifras cercanas a los 300 millones de dólares anuales, mientras que los ingresos del tráfico de drogas se estimaron en 500 millones de dólares anuales. Estas cifras fueron avaladas por los investigadores del proyecto “Cassandra” de la Agencia Antidrogas estadounidense quienes consideraron que la organización terrorista recibía un monto que giraba en torno a los 2.000 millones de dólares anuales.[34] También Kassem Tajideen fue deportado a los Estados Unidos luego de su detención en marzo de 2017 en Marruecos. Tajideen fue acusado de ser uno de los operadores más importantes de la red de narcotráfico que beneficiaba a Hezbollah. Estuvo asociado a Ayman Junior Joumaa, un colombiano-libanés que vivió muchos años en Medellín, desde donde enviaba cocaína al cartel mexicano de Los Zetas, triangulaba cargamentos a través de la triple frontera y se encontraba estrechamente conectado con Abu Abdallah, líder espiritual y comandante regional del Hezbollah en Ciudad del Este. Este último personaje fue además involucrado en el atentado contra la AMIA. El dinero ilegal obtenido se “lavaba” a través del Lebanese Canadian Bank, una ex subsidiaria del Royal Bank of Canada Middle East.[35]
Mientras estas acciones sucedían en la zona de la triple frontera, el régimen de Hugo Chávez en Venezuela — luego sucedido por Nicolás Maduro— promovía una fuerte cooperación con Irán. A la par de los convenios, guardias ira níes entrenaron a guardaespaldas de los “dictadores encubiertos” venezolanos y a oficiales de su ejército. Ello abrió las puertas a los iraníes para la búsqueda de uranio para su programa nuclear en la mina de Roraima, cerca de la frontera venezolana con Guyana, y otros sitios de extracción en Bolivia y Ecuador. Asimismo, en los alrededores de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, se inauguró en mayo de 2011 un cuartel de entrenamiento de oficiales de las fuerzas armadas del bloque bolivariano con instructores del cuerpo de elite Quds de la Guardia Revolucionaria iraní. Para completar el panorama 36 centros culturales asociados con el régimen iraní fueron inaugurados en América Latina conectados muchos de ellos a las embajadas. Esto no es nada nuevo. En 1983 Mohsen Rabbani llegó a Buenos Aires como enviado especial del ayatollah Khomeini. Cuatro años más tarde se convirtió en el imán a cargo de la mezquita Al Tauhid del barrio porteño de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, desde donde urdió contactos por todo el continente. De acuerdo con el informe del malogrado fiscal argentino Alberto Nisman, este personaje representaba la línea más dura dentro del régimen iraní incentivando a apoyar y exportar la revolución y pertenecer a Hezbollah. Fue apuntado como el cerebro detrás de los atentados a la embajada israelí en Buenos Aires de 1992 y la mutual AMIA dos años más tarde. Desde entonces, Rabanni dirige las operaciones latinoamericanas desde la ciudad de Qom.[36]
Discusión final
A pesar de la legislación, encuentro, reuniones, cada vez más prolíficas y de la intervención conjunta de Argentina, Brasil, Paraguay y Estados Unidos, la triple frontera es un espacio vacío o mejor dicho “liberado” (de leyes y control estatal o estatales en este caso particular). La actividad criminal aprovecha la falta de presencia del Estado para engrosar su autoridad. La triple frontera se considera — por muchos ciudadanos también — como una zona franca para el crimen y el terrorismo (en cuanto a planificación y recaudación de recursos para este fin y otro que pudiesen servir a Hezbollah).
La triple frontera es un laboratorio donde Estados y organizaciones (civiles y militares) no dejan de aprender, tratar, combatir y estudiar el camaleónico fenómeno del terrorismo (o una parte del mismo). No puede haber una completa estandarización para lidiar con ese fenómeno; cada uno responde de diferentes maneras de acuerdo a la situación, el lugar, el tiempo y las personas involucradas. Los golpes al corazón de Hezbollah en la triple frontera deberían ser más veloces, concisos y letales, ya que posee la capacidad de recrearse cual cabeza de Hidra (regeneraba dos cabezas por cada una cortada). Desde las tradicionales afiliaciones hasta la más sofisticada tecnología es un desafío enorme.
A mi modo de ver, la presencia del Estado debería concretarse en dos maneras para que sean más efectivas las leyes y regulares controles: primero, una continua, nutrida y estable red de espionaje; y, segundo, una temporal, masiva y sorpresiva presencia de militares de los tres países más Estados Unidos, coordinados y listos para desbaratar estas células y redes de terrorismo (y de la incisiva criminalidad regional).
Una interesante idea sería una ulterior división de la triple frontera: cada una de las ciudades que la integran podrían transformarse en ciudades “libres” con presencia de los cuatro países mencionados. Algo así como el Berlín del inmediato post-Segunda Guerra Mundial que estaba bajo el control estadounidense, soviético, francés e inglés. Al ser una zona tan particular debería asimismo tener una legislación ad-hoc con leyes específicas para lidiar con cuestiones locales, que son también nacionales, regionales y globales (el terrorismo es su máxima expresión); así como cortes militares (en caso de terrorismo) o suspensión temporánea de las garantías frente a situaciones de excepcionalidad (aumento de violencia, por ejemplo).
Sin embargo, la batalla debe extenderse a la tecnología (para evitar la diseminación de ideas de odio y crimen y cortar los contactos entre terroristas) y al lavado de activos (para interrumpir los flujos de dinero criminal) con la misma rigurosidad que un acto de terrorismo violento. En estos puntos, una mayor coordinación e inclusión de países sería un valioso refuerzo. Nadie está a salvo de los terroristas; es un hecho. Por ello, se debe actuar con rigor contra el terrorismo. Habría que recordar las frases The road to hell is paved with good intentions (el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones), publicada en el siglo XIX, y Hell is full of good meanings and wishes (el infierno está lleno de buenas intenciones y deseos) del siglo XVI.
Endnotes
[1] La Triple Frontera es un enclave en América del Sur comprendiendo tres ciudades de países diferentes: Puerto Iguazú en Argentina, Ciudad del Este en Paraguay y Foz do Iguaçu en Brasil. Brian Loveman, “Políticas de Seguridad de Estados Unidos en América Latina y la Región Andina, 1990-2009’ in Brian Loveman, Ed., Adictos al fracaso: Políticas de Seguridad de Estados Unidos en América Latina y la Región Andina. Santiago: LOM Ediciones, 2010, p. 107.
[2] “The growing threat of organized crime groups in the Tri-Border Area of South America”. Stop Illegal. 13 de diciembre de 2019, disponsible en https://www.stopillegal.com/blog/detail/the-growing-threat-of-organized-crime-groups-in-the-tri-border-area-of-south-america; Johana Pérez Calderón, “La Triple Frontera como centro de atracción del yihadismo en América Latina: Orientación teórico-histórica.” Hallazgos, vol. 14, n. 27, 2017: p. 115; Sarah Nielsen, “Fighting Terror in the Tri-Border Area.” Wilson Center. 9 de deciembre de 2019, disponsible en https://www.wilsoncenter.org/article/fighting-terror-the-tri-border-area.
[3] Ver Sarah Nielsen. Op. Cit. en la nota 2.
[4] Ver Stop Illegal.”Op. Cit. en la nota 2.
[5] Gustavo Sierra, “Hezbollah en la Triple Frontera: cocaína para la revolución.” Infobae. 11 January 2019, disponsible en https://www.infobae.com/america/america-docs/2019/01/11/hezbollah-en-la-triple-frontera-cocaina-para-la-revolucion/.
[6] Ver Mónica Herz. Brasil, la seguridad andina, y la política de seguridad regional de los Estados Unidos. In Brian Loveman, Ed., Adictos al fracaso: Políticas de Seguridad de Estados Unidos en América Latina y la Región Andina. Santiago: LOM Ediciones, 2010, pp. 377, 379.
[7] Fabio Sánchez, “Evolución del régimen de control y financiación del terrorismo.” Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad (Bogotá). Vol. 6, n. 2: (pp. 21-34), 2011, p. 25.
[8] De acuerdo al Departamento de Defensa de Estados Unidos los mayores espacios “sin gobierno” son la triple frontera; la frontera entre Brasil y Colombia (el corredor Tabatinga y Leticia); la frontera entre Colombia y Ecuador (el área del lago Agrio); la región de Darién entre Colombia y Panamá y Surinam. Andrés Oppenheimer, “Terrorists, Traffickers Find Haven in Latin America’s ‘Ungoverned Spaces’.” Arizona Daily Star. 12 de marzo de 2003. Ver “Brian Loveman.” Op. Cit. en la nota 1, p. 107.
[9] Ver Sarah Nielsen. Op. Cit. en la nota 2.
[10] Ignacio Fuente Cobo, “La amenaza hibrida: yihadismo y crimen organizado en el Sahel.” Instituto Español de Estudios Estratégicos, n. 14, 2014, disponsible en http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2014/DIEEEA57-2014_AmenazaHibrida-SAHEL_IFC.pdf.
[11] Mariano Roca, “El crimen organizado pone en jaque a la Triple Frontera.” Infobae. 20 de abril de 2019, disponsible en https://www.infobae.com/def/desarrollo/2019/04/20/el-crimen-organizado-pone-en-jaque-a-la-triple-frontera/.
[12] “International Narcotics Control Strategy Report: Volume II: Money Laundering and Financial Crimes.” US Department of State, Bureau for International Narcotics and Law Enforcement Affairs. Marzo de 2017, disponsible en https://www.state.gov/2017-incsr-volume-ii-money-laundering-and-financial-crimes-as-submitted-to-congress/
. Este documento es citado por Emanuele Ottolenghi, “Emerging External influences in the Western Hemisphere”, (Congressional Testimony). Foundation for Defense of Democracies. 10 de mayo de 2017, p. 11, disponsible en https://www.foreign.senate.gov/imo/media/doc/051017_Ottolenghi_Testimony.pdf.
[13] See Mónica Herz. Op. Cit. en la nota 6, p. 391.
[14] Josefina Lynn, “La Triple Frontera y la amenaza terrorista ¿realidad o mito?” in Fredy Rivera Vélez, Ed., Seguridad multidimensional en América Latina. Ecuador: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, (pp. 57-80), 2008, p. 73.
[15] Ver “Declaración de Ministros del Interior del MERCOSUR sobre Terrorismo,” (Detalle de la norma DC-9-2002-CMC.) Llave Operativa Aduanera (Argentina), https://www.loa.org.ar/legNormaDetalle.aspx?id=777.
[16] Ver Josefina Lynn. Op. Cit. en la nota 14, p. 72.
[17] El contratista militar estadounidense Raytheon, la empresa brasileña ATECH, la compañía aeroespacial canadiense MacDonald Dettwiler (MDA) y Embraer ganaron la licitación para construir el sistema SIVAM. Hoy, el proyecto ha entregado sus equipos al gobierno, creando el SIPAM (Sistema de Protección de la Amazonia) y mejorando el Sistema de Control del Espacio Aéreo Brasileño. La sede del SIPAM se encuentra en Brasilia, Brasil. Ver Michel Braudeau, Le rêve amazonien. Paris: Éditions Gallimard, 2004. Véase también “Censipam: Centro Gestor e Operacional do Sistema de Proteção da Amazônia.” Ministério da Defesa,” https://www.gov.br/defesa/pt-br/assuntos/censipam.
[18] Ver Mónica Herz. Op. Cit. en la nota, pp. 391, 392, 405.
[19] De acuerdo al Departamento de Defensa de Estados Unidos los mayores espacios “sin gobierno” son la triple frontera; la frontera entre Brasil y Colombia (el corredor Tabatinga y Leticia); la frontera entre Colombia y Ecuador (el área del lago Agrio); la región de Darién entre Colombia y Panamá y Surinam. See “Andrés Oppenheimer.” Op. Cit. en la nota 8 y Brian Loveman. Op. Cit. en la nota 1, p, 107.
[20] Ver Mónica Herz. Op. Cit. en la nota 6, p. 392.
[21] Ver Brian Loveman. Op. Cit. en la nota 1, p, 106.
[22] Ludmila Quirós, “¿Cómo inciden los pactos criminales en la seguridad pública brasileña?.” LSE Latin America and Caribbean Blog. 26 de junio de 2019, disponsible en https://blogs.lse.ac.uk/latamcaribbean/2019/06/26/como-inciden-los-pactos-criminales-en-la-seguridad-publica-brasilena/.
[23] “El grupo terrorista Hezbolá libanés […] cuenta con partidarios y simpatizantes en las comunidades de la diáspora libanesa en América Latina, algunos de los cuales están implicados en actividades ilícitas lucrativas como el blanqueo de dinero y el tráfico de productos falsificados y drogas. Estas redes criminales basadas en clanes se aprovechan de la corrupción y de la laxitud de la aplicación de la ley en lugares como la Triple Frontera […] y generan ingresos […] que se transfieren al Hezbolá libanés.” John F. Kelly, “Posture Statement before the 114th Congress Senate Armed Services Committee.” 12 de marzo de 2015, disponsible en https://www.armed-services.senate.gov/imo/media/doc/Kelly_03-12-15.pdf. Ver “Emanuele Ottolenghi.” Op. Cit. en la nota 7, p. 9.
[24] Matthew Levitt, “The Crackdown on Hezbollah’s Financial Network.” Wall Street Journal. 27 de enero de 2016, disponsible en https://blogs.wsj.com/washwire/2016/01/27/the-crackdown-on-hezbollahs-financing-network/.
[25] Oren Kessler, and Rupert Sutton, “Hezbollah threatened by Iran’s Financial Woes.” World Affairs Journal. 3 de junior 2014, dispensable en https://perma.cc/8DM6-9H4B. Ver “Emanuele Ottolenghi.” Op. Cit. en la nota 7, p. 10.
[26] Cyrus Miryekta, “Hezbollah in the Tri-Border Area of South America”. Small Wars Journal. 10 de septiembre de 2010: pp. 5-6, dispensable en https://smallwarsjournal.com/blog/journal/docs-temp/533-miryekta.pdf. Ver Matthew Levitt, “Hezbollah Finances: Funding the Party of God.” The Washington Institute. 13 de febrero de 2005, disponsible en https://www.washingtoninstitute.org/policy-analysis/hezbollah-finances-funding-party-god.
[27] Federal Research Division, Library of Congress, “Terrorist and Organized Crime Groups in the Tri-Border Area (TBA) of South America.” Washington, DC: Library of Congress. Julio 2003, p. 4.
[28] Ver Stop Illegal. Op. Cit. en la nota 2 .
[29] Craig Faller, “2019 Posture Statement to Congress.” United States Southern Command, 1 de mayo de 2019, disponsible en https://www.southcom.mil/Media/Special-Coverage/SOUTHCOMs-2019-Posture-Statement-to-Congress/.
[30] A través del vínculo con Irán y Hezbollah, Venezuela se transformó en una base operacional en el Hemisferio Occidental. Como Venezuela es un “narco-estado” que facilita el tráfico de droga, tiene una importancia estratégica en esta alianza, ya que le permite a aquel país y a la organización terrorista actuar libremente en toda la región. Redacción DEF, “Hezbollah tiene vínculos con el crimen organizado en la Triple Frontera.” Infobae. 13 de abril de 2019, disponsible en https://www.infobae.com/def/defensa-y-seguridad/2019/04/13/hezbollah-tiene-vinculos-con-el-crimen-organizado-en-la-triple-frontera/.
[31] Ver Sarah Nielsen. Op. Cit. en la nota 2. Gustavo Sierra, “Hezbollah en la Triple Frontera: el bazar de la mentira.” Infobae. 9 de enero de 2019, disponsible en https://www.infobae.com/america/america-docs/2019/01/09/hezbollah-en-la-triple-frontera-el-bazar-de-la-mentira-2/.
[32] Ver Ludmila Quirós. Op. Cit. en la nota 22.
[33] Ver Sarah Nielsen. Op. Cit. at Note 2. Agustín Ceruse, “Quién es Nasser Abbas Bahmad, el narco del Hezbollah más buscado de la triple frontera.” Encripdata. 25 de enero de 2021, disponible en https://encripdata.com/2021/01/25/hezbollah-en-la-triple-frontera-nasser-abbas-bahmad-el-narcotraficante-libanes-mas-buscado/.
[34] George Chaya “Narcotráfico y terrorismo yihadista en América Latina: desmantelaron en la Triple Frontera una organización criminal estrechamente vinculada a Hezbollah.” Infobae. 23 de enero de 2021, disponible en https://www.infobae.com/america/america-latina/2021/01/23/narcotrafico-lavado-de-activos-y-terrorismo-yihadista-en-america-latina-desmantelaron-en-la-triple-frontera-una-organizacion-criminal-estrechamente-vinculada-a-hezbollah/.
[35] Ver Gustavo Sierra. Op. Cit. at Note 5; and Gustavo Sierra. Op. Cit. en la nota 31.
[36] Gustavo Sierra, “Hezbollah en la Triple Frontera: los predicadores que llegan en el vuelo de “Aeroterror”.” Infobae. 10 de enero de 2019, disponible en https://www.infobae.com/america/america-docs/2019/01/10/hezbollah-en-la-triple-frontera-los-predicadores-que-llegan-en-el-vuelo-de-aeroterror/
[37] Para un primer análisis de la región de la Triple Frontera, véase Robert J. Bunker y John P. Sullivan, “Cartel Evolution: Potentials and Consequences”. Transnational Organized Crime. Vol. 4, n. 2. Verano de 1998: pp. 54-74, disponible en https://www.academia.edu/3173100/Cartel_Evolution_Potentials_and_Consequences. En este artículo seminal, Bunker y Sullivan anticipan la evolución contemporánea de los cárteles y describen una tercera fase de los mismos en la que los actores criminales en red se convierten en guerreros de la red criminal. Lo denominan el modelo de Ciudad del Este, basado en la zona de la triple frontera.