La Cuenta Regresiva hacia el Futuro Autoritario Digital-IA de Venezuela: Dos Relojes en una Carrera Estratégica

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Venezuela está en una carrera estratégica contra el tiempo. El régimen de Nicolás Maduro—con apoyo directo de China y Cuba—está construyendo un sistema autoritario predictivo de control que fusiona vigilancia biométrica, análisis impulsados por IA y apoyo asesor extranjero para eliminar la disidencia antes de que emerja. Acelerado después de la disputada elección de 2024, esta “cárcel digital” apunta a asegurar que ninguna denuncia de fraude o protesta interrumpa la elección de 2030, asegurando el control total para el 10 de enero de 2031—la próxima inauguración presidencial. En términos de guerra irregular, es una competencia entre una arquitectura de contrarresistencia en maduración y una oposición fragmentada con una ventana de acción que se estrecha.
Dos Relojes
Dos relojes están corriendo en Venezuela. Uno pertenece a Nicolás Maduro, que corre para completar un sistema de control digital para la elección presidencial de 2030 para prevenir una repetición de las denuncias de fraude, protestas y disturbios de la elección de 2024.[1] Esto podría ocurrir antes si rápidos avances tecnológicos, nuevos fondos sustanciales, o algún otro aumento inesperado de apoyo externo permiten al régimen acelerar el despliegue, reduciendo aún más la ventana para que la oposición actúe.
El otro pertenece al pueblo venezolano, que tiene hasta el día anterior para evitar que el cierre final se encaje. En términos de guerra irregular, esta es una carrera entre una arquitectura de contrarresistencia en maduración y una oposición fragmentada que lucha por adaptarse. Qué reloj llegue a cero primero determinará si Venezuela se convierte en el primer estado autoritario digital plenamente realizado del hemisferio—o si su pueblo recupera la posibilidad de gobernanza democrática.
Este concurso no es hipotético, y las líneas de tiempo no son simbólicas. El lado de Maduro está trabajando metódicamente hacia un objetivo operacional fijo: construir un sistema en capas que fusione vigilancia biométrica, análisis habilitados por IA y apoyo asesor extranjero para controlar el espacio físico y cognitivo de la población. La elección de 2024—marcada por fraude documentado, protestas y cortes de comunicación—exhibió vulnerabilidades que el régimen ahora corre para eliminar.[2]
El lado de la oposición, en contraste, está limitado por tiempo, recursos y fragmentación—aun así mantiene una oportunidad que se estrecha para interrumpir los planes del régimen.
La crisis humanitaria—anaqueles vacíos, rostros demacrados y migración masiva—sigue siendo la superficie visible. Debajo yace la realidad estratégica: el régimen está avanzando para cerrar los últimos espacios abiertos para la disidencia en Venezuela. El resultado no será decidido en tribunales internacionales o conferencias en el exilio, sino en los barrios, calles y redes clandestinas dentro del país. Y el reloj está corriendo.
El Reloj del Régimen: El Juicio Final en el Escritorio de Maduro
En el escritorio de Maduro se sienta un Reloj del Juicio Final figurativo que cuenta hacia el 2031. El régimen no quiere una repetición de la protesta pública de la elección presidencial de 2024.
Ese punto de finalización podría llegar antes si los avances en tecnología, o algún aumento inesperado de apoyo externo permiten una integración más rápida del sistema. Cuando suene la alarma, miles de millones de dólares en tecnología china y experiencia de inteligencia cubana se habrán fusionado en una cadena irrompible alrededor de la población venezolana.
El régimen está construyendo más que un sistema de vigilancia—está construyendo un modelo de autoritarismo predictivo diseñado para anticipar, aislar y neutralizar la disidencia antes de que pueda organizarse. La emergente “cárcel digital” ya es visible en sus partes componentes:
- La Tarjeta de la Patria (Carnet de la Patria)—construida con asistencia del gigante chino de telecomunicaciones ZTE—sirve como una identificación biométrica vinculada a subsidios, pensiones, programas de salud y de alimentos. Los datos recolectados incluyen historial médico, comportamiento de votación y partido.[3]
- Human Rights Watch ha documentado múltiples casos de ciudadanos a quienes se les negó cajas de alimentos del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) u otros beneficios después de criticar a funcionarios.[4]
- Control de telecomunicaciones—todos los ISP en Venezuela operan bajo la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL). El proveedor estatal de internet (ISP), CANTV, ha ralentizado o bloqueado el acceso a medios independientes, Wikipedia, transmisiones en vivo y plataformas de mensajería, particularmente durante elecciones o protestas.[5][6]
- Access Now y VE Sin Filtro han rastreado estas interrupciones como dirigidas, no accidentales.[7] El régimen también ha actuado contra plataformas de redes sociales como X y WhatsApp para reprimir la comunicación de la oposición.[8]
- Integración de asesoría extranjera—oficiales de inteligencia cubanos están incrustados dentro de los servicios de seguridad de Venezuela, mientras asesores técnicos chinos mantienen la infraestructura de datos de ZTE.[9]
- Estas entradas se usan para señalar ciudadanos “desleales” casi en tiempo real.
Monitoreo asistido por IA—registros de adquisiciones y anuncios del Ministerio de Ciencia y Tecnología indican inversión activa en sistemas de aprendizaje automático para detectar y predecir “inestabilidad social”, integrando datos de la Tarjeta de la Patria, metadatos de telecomunicaciones y bases de datos electorales.[10][11][12]
Estas no son medidas aisladas—están convergiendo en una arquitectura de control en capas: acceso biométrico a servicios, recolección masiva de metadatos, filtrado de contenido y puntuación algorítmica de riesgo. Para 2031, si no se le enfrenta, el sistema estará plenamente operativo—una “Cuba con petróleo,” fortificada por datos en lugar de solo armas.
El Reloj del Pueblo: Resistencia o Ruina
El reloj de la oposición se está acabando. La elección de 2024 expuso las vulnerabilidades del régimen pero también su determinación de cerrar los canales de comunicación y movilización. Cada año de progreso del régimen—expandir el rastreo biométrico, ralentizar plataformas como X y WhatsApp, y refinar los análisis de IA—aprieta el lazo digital. La oposición debe interrumpir este sistema antes de que la elección de 2030 lo consolide. Durante la última década, la oposición de Venezuela ha enfrentado reveses devastadores:
- 2014 Protestas—Provocadas por altos índices de criminalidad, inflación y escasez, manifestaciones nacionales atrajeron a cientos de miles. Fuerzas de seguridad y colectivos pro-régimen mataron al menos a 43 personas y arrestaron a más de 3,000. Sin liderazgo unificado y estrategia, el movimiento se disipó bajo la represión.[13]
- 2017 Protestas—Provocadas por el intento del Tribunal Supremo de disolver la Asamblea Nacional, las protestas duraron más de cuatro meses. Más de 120 fueron asesinados, miles heridos, y cientos encarcelados mientras las fuerzas de seguridad intensificaban la fuerza y la penetración de inteligencia.[14]
- 2019 Crisis del Gobierno Interino—El líder de la Asamblea Nacional Juan Guaidó fue reconocido por más de 50 países como presidente interino. Las defecciones iniciales fueron limitadas, el ejército se mantuvo leal a Maduro, y el impulso de “Operación Libertad” colapsó. Para 2021, el gobierno interino había perdido impulso y credibilidad.[15]
- 2024 Fraude Electoral—La elección presidencial vio manipulación sistemática: descalificación de principales figuras opositoras, control de medios estatales, cortes de internet dirigidos y relleno de urnas documentado por observadores nacionales e internacionales. La victoria disputada de Maduro desmoralizó aún más al electorado y profundizó la fragmentación de la oposición.[16]
La política simbólica es insuficiente. La oposición debe convertirse en un movimiento de resistencia en el sentido de guerra irregular—descentralizado, adaptable y comprometido con la interrupción sostenida de los sistemas de control del régimen.
Contexto Doctrinal y Teórico
En la doctrina conjunta de EE.UU., la guerra irregular (IW) se define como una “lucha violenta entre actores estatales y no estatales por la legitimidad e influencia sobre las poblaciones relevantes.”[17][18] El sistema de control en evolución del régimen venezolano es un caso de libro de texto de contrarresistencia—la reorganización sistemática de una sociedad para negar a los adversarios la libertad de maniobra en el dominio humano.
Esta fusión opera en tres niveles mutuamente reforzados:
- Coerción física—El aparato de seguridad tradicional: fuerzas armadas, unidades de inteligencia y milicias leales al régimen usadas para intimidar y castigar selectivamente. Esto refleja el concepto de “aparato coercitivo” en la teoría de durabilidad autoritaria.[19]
- Dominio del dominio cognitivo—Control sobre la percepción y la toma de decisiones mediante manipulación de la información, análisis predictivo y castigo dirigido para desalentar la formación de resistencia. La Publicación Conjunta 3-13 enfatiza esto como central para moldear el campo de batalla en el entorno informativo.[20]
- Privación dirigida de servicios—Uso de recursos estatales de manera precisa como zanahoria y palo. A diferencia de las medidas de control de recursos toscas de campañas históricas de COIN, el sistema de Venezuela usa rastreo biométrico para asegurar que el castigo sea quirúrgico, minimizando reacciones mientras refuerza la lealtad.
Desde una perspectiva de resistencia, el entorno operacional coincide con el Concepto de Operación de Resistencia (ROC): un estado represivo, legitimidad opositora erosionada y un espacio de organización que se encoge.[21] ROC advierte que una vez que un régimen controla el acceso a recursos, comunicaciones y movilidad a escala, la viabilidad de la resistencia colapsa. Ese es el camino hacia enero de 2031.
Para los practicantes de EE.UU., el modelo venezolano también refleja la convergencia de amenazas descrita en el Anexo de Guerra Irregular de 2020 a la Estrategia de Defensa Nacional: los regímenes autoritarios están integrando tecnología avanzada, redes de asesoría extranjera y estructuras coercitivas domésticas en sistemas resilientes, inmunes a sanciones.[22] Esto marca un cambio del contrainsurgencia cinética tradicional hacia autoritarismo habilitado por datos, requiriendo nuevos marcos de apoyo a la resistencia.
Esta trayectoria también resuena con la literatura sobre capitalismo de vigilancia. The Age of Surveillance Capitalism de Shoshana Zuboff describe cómo la extracción de datos y los análisis predictivos—originalmente desarrollados para beneficio comercial—crean nuevas asimetrías de conocimiento y poder entre instituciones e individuos. En Venezuela, estas técnicas se están adaptando no para mercados sino para oprimir a la población, donde los datos predictivos reprimen en lugar de ayudar en la toma de decisiones comerciales. Enmarcar el problema a través de esta lente resalta que el modelo venezolano no es una fantasía distópica, sino parte de un cambio global emergente en el que los regímenes autoritarios fusionan el poder estatal con las lógicas del capitalismo de vigilancia para prevenir la resistencia.[23]
Un Cambio Estratégico: De Oposición a Resistencia
En guerra irregular, el tiempo favorece al lado que se adapta más rápido. La oposición no puede igualar el poder de fuego del régimen, pero puede explotar vulnerabilidades en tres áreas:
- Información y Comunicación—Construir redes subterráneas seguras y redundantes para movilización y compartición de inteligencia, modeladas en Solidaridad de Polonia o la resistencia de Myanmar después de 2021.[24][25]
- Legitimidad y Exposición—Documentar la represión sistemáticamente para palanca internacional, imponiendo costos reputacionales sostenidos sobre los facilitadores del régimen.
- Disrupción Económica—Apuntar a flujos de ingresos clave del régimen mediante actos coordinados de resistencia civil, acción laboral y disrupción de logística.
Estas acciones deben ser pequeñas, sostenidas y dirigidas localmente, evitando las confrontaciones de alto riesgo y únicas que repetidamente han fallado.
Conclusión
Ningún ejército extranjero vendrá. Ningún tribunal en La Haya desmantelará el aparato de seguridad de Venezuela. La lucha será decidida dentro del país, en barrios, calles y redes clandestinas—no en el exilio.
Si la oposición no logra adaptarse, el resultado es claro: una dictadura digital, rica en petróleo, capaz de aplastar disidencia de manera preventiva mientras proyecta inestabilidad al extranjero. Una que está aliada con otros regímenes autoritarios cada vez más beligerantes—en China, Cuba, Rusia e Irán (y su proxy Hezbollah)—que están socavando democracias en América Latina, cooperando activamente con entidades criminales y designadas como terroristas, y buscando facilitar el tráfico de narcóticos hacia nuestra nación.
La carrera entre estos dos relojes determinará si Venezuela se convierte en el primer estado autoritario digital plenamente realizado del hemisferio o si su pueblo recupera la posibilidad de gobernanza democrática.
El tiempo para dudar se acabó. El pueblo debe actuar ahora—antes de que suene la alarma el 10 de enero de 2031.
Notas finales
[1] “Declaración del Centro Carter sobre las elecciones en Venezuela.” The Carter Center. 30 de julio de 2024, https://www.cartercenter.org/news/pr/2024/venezuela-073024.html.
[2] “El Centro Carter concluye que la democracia fue frustrada en Venezuela.” The Carter Center. 18 de febrero de 2025, https://www.cartercenter.org/news/features/p/democracy/center-finds-democracy-thwarted-in-venezuela.html.
[3] Angus Berwick, “Cómo ZTE ayuda a Venezuela a crear un control social al estilo chino.” Reuters. 14 de noviembre de 2018, https://www.reuters.com/investigates/special-report/venezuela-zte/. Véase también Alma Keshavarz y Robert J. Bunker, “Venezuela importa el sistema de control social chino.” Operational Environment Watch. Vol. 8., núm. 12., diciembre de 2018: 67.
[4] “Venezuela.” Informe Mundial 2021: Acontecimientos de 2020. Nueva York: Human Rights Watch. 2021, https://www.hrw.org/world-report/2021/country-chapters/venezuela.
[5] “Los múltiples medios de vigilancia y control en Venezuela.” Access Now. 25 de enero de 2021, https://www.accessnow.org/the-many-means-of-surveillance-and-control-in-venezuela/.
[6] “Venezuela: Informe país Libertad en la Red 2021.” Freedom House. 2021, https://freedomhouse.org/country/venezuela/freedom-net/2021.
[7] “Sin Derechos en #Internetve Reporte 2021 [Versión en inglés: ‘#2021Report: Digital rights, censorship and connectivity in Venezuela’].” VE Sin Filtro. 6 de abril de 2022, https://vesinfiltro.org/noticias/2021_annual_report/.
[8] Bloqueo selectivo de plataformas de redes sociales en Venezuela documentado en “2024 Elections and Internet Shutdowns Watch.” Access Now. 2024, https://www.accessnow.org/campaign/2024-elections-and-internet-shutdowns-watch/. Véase también, “Emboldened Offenders, Endangered Communities: Internet Shutdowns in 2024.” Access Now y #KeepItOn. Febrero de 2025, https://www.accessnow.org/wp-content/uploads/2025/02/KeepItOn-2024-Internet-Shutdowns-Annual-Report.pdf.
[9] Angus Berwick, “Represión importada: cómo Cuba enseñó a Venezuela a sofocar la disidencia militar.” Reuters. 22 de agosto de 2019, https://www.reuters.com/investigates/special-report/venezuela-cuba-military/. Véase también, Angus Berwick, “Cómo ZTE ayuda a Venezuela a crear un control social al estilo chino.” Reuters. 14 de noviembre de 2018, https://www.reuters.com/article/technology/special-report-how-zte-helps-venezuela-create-china-style-social-control-idUSKCN1NJ1ZV/.
[10] Marianne Diaz Hernández, “Venezuela: Identificación digital como herramienta de opresión.” Tech Policy Press. 10 de septiembre de 2024, https://techpolicy.press/venezuela-digital-id-as-a-tool-of-oppression/.
[11] Association for Progressive Communications (APC), “Inteligencia artificial y desarrollo social en Venezuela.” Global Information Society Watch. 2019, https://www.giswatch.org/sites/default/files/gisw2019_web_venezuela.pdf.
[12] Werner Kristjanpoller y Carlos Caceres, “Pronóstico de disturbios sociales: un enfoque de aprendizaje automático.” Documento de trabajo del FMI. Vol. 2021, núm. 263, noviembre de 2021: 1–29, https://www.elibrary.imf.org/view/journals/001/2021/263/article-A001-en.xml.
[13] “¿Qué hay detrás de las protestas en Venezuela?” BBC News. 27 de marzo de 2014, https://www.bbc.com/news/world-latin-america-26335287.
[14] Girish Gupta y Anggy Polanco, “Todas las miradas en el ejército venezolano tras protestas y votación.” Reuters. 1 de agosto de 2017, https://www.reuters.com/article/world/all-eyes-on-venezuela-military-after-protests-vote-idUSKBN1AH5GK/.
[15] Jeff Wallenfeldt, “Juan Guaidó.” Enciclopedia Británica. 24 de julio de 2025, https://www.britannica.com/biography/Juan-Guaido.
[16] “Declaración del Centro Carter sobre las elecciones en Venezuela.” The Carter Center. 30 de julio de 2024, https://www.cartercenter.org/news/pr/2024/venezuela-073024.html.
[17] Jefes Conjuntos de Estado Mayor de EE.UU., Concepto Operacional Conjunto de Guerra Irregular (JOC), Versión 1.0. Washington, DC: Jefes Conjuntos de Estado Mayor de EE.UU. 11 de septiembre de 2007, https://www.jcs.mil/Portals/36/Documents/Doctrine/concepts/joc_iw_v1.pdf.
[18] Publicación Conjunta 3-24: Contrainsurgencia. Washington, DC: Jefes Conjuntos de Estado Mayor de EE.UU. 2022, https://irp.fas.org/doddir/dod/jp3_24.pdf.
[19] Eva Bellin, “La robustez del autoritarismo en Medio Oriente: excepcionalismo en perspectiva comparada.” Comparative Politics. Vol. 36, núm. 2, 2004: 139–157, https://www.jstor.org/stable/4150140?origin=crossref.
[20] Christopher Paul y Miriam Matthews, “El modelo de propaganda ruso de la ‘manguera de falsedades’.” RAND. 11 de julio de 2016, https://www.rand.org/pubs/perspectives/PE198.html.
[21] Otto C. Fiala, Ed., Resistance Operating Concept (ROC). Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. en Europa (SOCEUR). MacDill Air Force Base, Tampa: Joint Special Operations University Press, 2020.
[22] Resumen del Anexo de Guerra Irregular a la Estrategia de Defensa Nacional. Washington, DC: Departamento de Defensa de EE.UU. Enero de 2020, https://media.defense.gov/2020/Oct/02/2002510472/-1/-1/0/Irregular-Warfare-Annex-to-the-National-Defense-Strategy-Summary.PDF.
[23] Shoshana Zuboff, La era del capitalismo de vigilancia: la lucha por un futuro humano en la nueva frontera del poder. Nueva York: Public Affairs, 2019.
[24] Timothy Garton Ash, La revolución polaca: Solidaridad, 3ª ed. New Haven: Yale University Press, 2002. Véase también Jan Kubik, El poder de los símbolos contra los símbolos del poder: El auge de Solidaridad y la caída del socialismo estatal en Polonia. University Park: Pennsylvania State University Press, 1994.
[25] “Respondiendo al golpe de Estado en Myanmar.” Asia Briefing núm. 166. International Crisis Group. 16 de febrero de 2021, https://www.crisisgroup.org/asia/south-east-asia/myanmar/b166-responding-myanmar-coup. Véase también, “Myanmar: las restricciones de internet afectan gravemente las libertades fundamentales.”Human Rights Watch. 4 de febrero de 2022, https://www.hrw.org/news/2022/02/04/myanmar-internet-restrictions-severely-impact-fundamental-freedoms.